Llegó San Valentín y te queremos contar de qué manera se ha visto afectado el amor y las relaciones románticas con la inteligencia artificial, los algoritmos y avances tecnológicos en general. ¡Empecemos a flechar🏹 con ideas!
Amor digital
Los encuentros que la cultura romántica nos ha metido en la cabeza quedaron atrás. Ya no existe esto de toparse con alguien en un pasillo y que caigan tus cosas para que el hombre o mujer perfect@ lo recoja en pro de ayudarte; los cuentos de hadas donde el príncipe se enamora de una humilde chica; los amores a primera vista, etc.
No queremos sonar anti románticos, sino que queremos mostrarte nuevos métodos de interacción amorosa. Con los avances tecnológicos la posibilidad de enamorarnos o de intentarlo hasta que lo hagamos, se encuentran a un mensaje de distancia, videollamada o cualquier tipo de conexión virtual, nos permite sentirnos más cerca unos de otros.

It’s a Match!
Cómo no mencionar en este día a Tinder, la aplicación de citas más popular en el rubro luego de 11 años desde su lanzamiento. Si bien existen otras como Badoo o Bumble, estas dos no han logrado destronarla.
Con más de 1,46 millones de descargas para mitades de 2022 en América Latina, los ‘swipes’ llegaron a cambiar totalmente el cómo la gente se conocía orgánicamente, reduciéndose a un simple y rotundo movimiento hacia el lado en aprobación o desaprobación de lo que ves o, mejor dicho, de lo que la otra persona quiere que veas.
Podríamos asumir que la tecnología ha vuelto perezosos a quienes buscan a “su otra mitad” pero, por otro lado, si lo pensamos bien, este tipo de plataformas han diversificado los espacios y posibilidades, abriendo la puerta a personas que de manera natural quizás nunca hubiéramos conocido o nos hubiéramos tardado un buen tiempo en hacerlo.
Si tenías curiosidad sobre cómo funciona el algoritmo de esta plataforma, solía estar basado en el llamado Elo Score, creado en 1960 por Alfred Elo en un comienzo para competencias de ajedrez, pero posteriormente utilizado por empresas como FIFA en sus partidos.
Judith Duportail, una periodista francesa, se llevó el trabajo de investigar el funcionamiento de Tinder a través de su libro El algoritmo del amor.
En él cuenta que descubrió diversas discriminaciones y funcionamientos cuestionables, como por ejemplo, puntuaciones distintas entre hombres y mujeres, el impulsar que los hombre dominen a mujeres en ciertos aspectos, favorecer los encuentros entre mujeres jóvenes y hombres mayores que ellas, etc.
Sin embargo, luego de críticas como estas, Tinder informó que ya no usaban Elo Score, sosteniendo que: “Elo es historia pasada en Tinder. Es una medida anticuada y nuestra tecnología de vanguardia ya no se basa en ella.
Hoy en día, no nos basamos en Elo, sino que tenemos un sistema dinámico que tiene en cuenta continuamente la forma en que lxs usuarixs se relacionan con otros en Tinder a través de Likes, Nopes y lo que hay en los perfiles de los usuarios”.
Pero esto, a pesar de ser una declaración oficial de la compañía, no tuvo credibilidad para muchos usuarios que afirman que el sistema sigue siendo parecido, no logrando lavar su imagen de un espacio sexista.
Esto puede complicar las cosas para los ilusionados en encontrar compañeros de vida en este espacio virtual. Entre los mares de datos y algoritmos, tu comportamiento y preferencia se puede interpretar y así moldear de cierta manera tus resultados de acuerdo a las prácticas sociales e individuales.
Pero además, todo se ve determinado por el cuestionable y eterno problema de las configuraciones de las inteligencias artificiales: los puntos de vistas de las personas que las crean, también ejercen un sesgo en ellas.

Nevermet
Nevermet, si bien es otra aplicación de citas, llega a otro nivel de conexión digital que Tinder no ha efectuado (o aún no), pues esta plataforma es una evolución de las citas en línea. Como detallan en Play Store: “Usando perfiles basados en avatares, conéctese con otros en base a sus respectivas personalidades, intereses y estilos y luego tenga increíbles citas de realidad virtual”.
A diferencia de otras plataformas, en Nevermet no subes contenido de ti mismo, sino que de tu avatar, pues no se permiten caras humanas.
“Después de crear un perfil y configurar sus filtros de edad y género, se desplaza a través de posibles intereses amorosos. Si ambos se gustan, pueden enviar un mensaje de texto para coordinar y reunirse para una cita de VR”, señalan.
Por lo que explica, su “misión es crear una nueva cultura de relaciones digitales, donde las personas puedan expresarse libremente y donde las relaciones significativas florezcan en el metaverso”.
Esto llegó para cambiar totalmente el cómo la gente se conoce orgánicamente, reduciéndose a una simple vinculación de identidad simulada en el plano digital para conectar otras identidades simuladas. O sea, pasamos de los ‘swipes’ a ni siquiera ver realmente a la otra persona, sino lo que quiere que veamos en su representación ficticia.
Podríamos asumir que la tecnología ha vuelto perezosos a quienes buscan a “su otra mitad”, pero por otro lado, si lo pensamos bien, este tipo de plataformas han diversificado los espacios y posibilidades, abriendo la puerta a personas que de manera natural quizás nunca se hubieran conocido o se hubieran tardado un buen tiempo en hacerlo.
Terminan por tentar al público aún no convencido con la idea, afirmando: “Muy pronto, las citas en el metaverso serán tan comunes que la gente difícilmente podrá concebir una época en la que no existieron”.
¿Qué sigue?
En la era del metaverso y la IA, entramos a aceptar la facilidad con la que las relaciones románticas se modifican por avances y cambios tecnológicos de esta clase. Hay que tener en cuenta que a la par se complejiza la comprensión de cómo conocemos, percibimos y sentimos el amor.
Si lo pensamos bien, las interacciones que actualmente la gente mantiene en la virtualidad, ya sea cómo se conocen y luego cómo se va desenvolviendo dicho vínculo, ya no tienen como requisito el encuentro físico y real, ni tampoco depender del destino o los encuentros orgánicos, pues los algoritmos y espacios digitales nos facilitan todo aquello.
Desde esa perspectiva, en un futuro más que cercano, las empresas en apoyo de estas operaciones sistemáticas, pueden ayudar a los usuarios a construir la vida que prefieren y con la compañía que seleccionen.