Hoy se cumple un año del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, conflicto que ha alterado el equilibrio de las relaciones internacionales y reafirmado el concepto de guerra de quinta generación.
Para analizar cómo la tecnología y la ciberseguridad han marcado esta conflagración, conversamos con el analista internacional y consultor en ciberseguridad Israel Reyes, quien estuvo recientemente en Chile exponiendo sobre este tema en Congreso Futuro.
“En las guerras de quinta generación no hay reglas. No sabes quién es el enemigo y a diferencia de las guerras de generaciones anteriores, la infraestructura civil pasa a ser un objetivo militar. Son conflictos que no tienen fronteras, donde la distancia está a solo un click”, dice desde Auckland, Nueva Zelanda.
Con títulos en matemáticas aplicadas e informática y estudios avanzados en seguridad cibernética en Stanford y el MIT, Reyes lleva 30 años asesorando a gobiernos y empresas como IBM y Hewlett Packard en ciberseguridad y ciber estrategia.
“En la guerra de quinta generación hay ataques a la infraestructura crítica de la nación y campañas de desinformación en las redes sociales para socavar la credibilidad de las autoridades del bando contrario. Se busca provocar un estado civil de inestabilidad, una suerte de golpe de estado digital”, dice Reyes.
Basta recordar el rol de los rusos en la elección norteamericana que enfrentó a Donald Trump y Hillary Clinton, donde los hackers rusos falsificaron correos que le costaron la vida política a la candidata demócrata.
BATALLA DE HACKERS POR LA CIBERSEGURIDAD

-A nivel de ciberseguridad, ¿qué te ha llamado la atención del conflicto ruso ucraniano?
– Lo que más me llama la atención es que los hackers hoy día son patrocinados por gobiernos. Rusia, Irán y China tienen herramientas altamente sofisticadas que ponen al servicio de los hackers para llevar a cabo operaciones bastante ambiciosas.
-Entonces las guerras de quinta generación estarán marcadas por los hackers y las batallas tecnológicas.
-Absolutamente. En el ciberespacio es sumamente difícil defenderse porque estás peleando con un enemigo invisible y no sabes cuando estás bajo ataque hasta que ya tienes el código malicioso infiltrado en la planta eléctrica y de repente hay un apagón de luz.
-Además del avance de la tecnología, hay un tema económico en el patrocinio de los gobiernos a la guerra cibernética.
-Claro. El tema económico es muy importante también porque desarrollar un misil Patriot cuesta alrededor de dos millones de dólares, mientras que desarrollar un software catalogado como arma cibernética que ataque una infraestructura crítica como una planta de tratamiento de aguas, es mucho más económico.
-Otro aspecto importante que tiene que ver con la tecnología en este conflicto es el uso de las RRSS en la estrategia militar.
-En este conflicto hemos visto cómo los soldados rusos han utilizado Tinder activando sus perfiles apenas cruzan la frontera a Ucrania para confundir el seguimiento por parte de los soldados ucranianos. O como los ciudadanos ucranianos fotografían a las tropas rusas y las comparten por Whatsapp, información que llega al comando y control de Ucrania para crear estrategias de ataque y defensa. Toda esta información de fuentes abiertas es muy valiosa en un escenario de conflicto armado porque sabes por dónde se están desplazando las tropas.
LA GUERRA COMENZÓ EN INTERNET
Hace un año, Israel Reyes se estaba moviendo entre México y EEUU hablando del riesgo de que se desatara un conflicto armado en Europa. Mientras observaba los primeros desplazamientos de tropas y fuentes abiertas como RRSS, se percató de un incremento de ciberataques a los sistemas financieros y bancarios de Ucrania, Estonia, Lituania y Polonia.
Rusia ya había atacado previamente con el malware notPetya, pero ahora la situación era distinta:
“notPetya era un código malicioso de procedencia rusa que encriptaba la información, pero que no era tan agresivo porque tenías mecanismos de recuperación. Los ataques que rodearon el inicio de las hostilidades hace un año, eran con Data Wipers, armas cibernéticas que destruyen y deshabilitan la estructura financiera de los cajeros automáticos y de los bancos porque atacan y destruyen el componente máster boot record”, dice.
-Si los ciberataques marcaron el inicio y la trayectoria de este conflicto, qué se puede esperar del uso del IA en los conflictos del futuro…
-Va a ser un tema sumamente serio. La IA ya se considera hoy en día como arma cibernética, así que la pregunta es quién tendrá la supremacía tecnológica en estas armas de destrucción y disrupción masiva que viajan a la velocidad de la luz.